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6 de noviembre de 2019

Con Texto

A momentos pareciera que es un deber manifestar por escrito, en imágenes, por redes sociales la postura frente a los acontecimientos que están sucediendo e nuestro país. Nos causa sospecha, nos produce contradicciones. No somos analistas políticos, ni sociólogos para ofrecer un ensayo más profundo acerca del presente. 

Somos Teatro  Híbrido y desde esa trinchera observamos, evaluamos y analizamos lo que sucede. Nos alegra profundamente que #chiledesperto, después de una larga dictadura estuvimos sumergidos en un letargo provocado por el miedo, varias generaciones cuidadosas sobre lo que se dice y se hace, llenas de desconfianza hacia lxs otrxs, que a pesar de todo fue tejiendo nuevas redes, descubriendo otras formas de encontrarse y comunicarse. Todas las canciones, creaciones audiovisuales y obras de teatro empiezan a reencontrar sus sentidos, incluso en nuevas generaciones. Valoramos la diversidad de un estallido social que no necesariamente está alineado, organizado ni tiene un objetivo en común, pero en las calles, en los barrios y poblaciones, en redes sociales es posible encontrar a muchísimas personas movilizándose, opinando, reaccionando. Somos muchxs, la lucha continúa, hay que estar atentxs y no dejarse provocar.

Evidentemente el poder intenta reestablecer el orden, no era necesario, pero lo hace como siempre ha sabido hacerlo, con violencia. Reprochamos la violencia del Estado contra las personas. Se entiende el caos y descontrol del estallido social, hay tanta diversidad que esta alberga expresiones rabiosas y destructivas, otras políticamente organizadas y también las pacíficas, familiares y festivas. Quienes administran el país no tienen más herramientas de solución que la violencia (no hay justificación), siempre lo han hecho así, de esta forma lo hacen otros Estados, lo hemos observado y experimentado en nuestros pocos años de vida. Es una violencia que aparentemente cambia de nombre, la ejecutan personas distintas, pero se trata de una violencia continua de un Estado por sobre su gente. Los medios de prensa siguen colaborando en presentar una agenda mediática que cubre con una mirada sesgada a favor de la autoridad, las desapariciones y muertes de dirigentes no se han detenido, la represión violenta a la libre expresión se sostiene con armas, vejaciones y torturas. ¿a quienes protege el Estado? ¿para quienes son los beneficios y recursos que generan las políticas de Estado?

La mayoría se cansó de ser pasados a llevar, de sentir que este país es para otrxs y algunxs de forma más consciente que otrxs salieron a la calle a expresar ese descontento.

Algo debería cambiar, pero el fantasma de que todo seguirá igual se pasea avivando el fuego de las barricadas y cacerolazos. Hoy da más miedo volver a la “normalidad” que resistir y seguir luchando.

Nosotrxs seguimos participando, observando, conversando, encontrándonos, analizando, debatiendo. Seguiremos creando y compartiendo nuestras creaciones, creemos que allí están nuestras armas, sentidos y nuestra forma de levantar preguntas y reflexiones.

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