1 de diciembre de 2010

Caracter



Hace ya 200 años bajó por última vez a estas tierras uno de esos gigantes para dejar entre nieve y arbustos un regalo destinado a todos los hombres que habitaran en las faldas de los cerros: eran las pistas para encontrar un metal cobrizo como la piel de los indígenas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermoso!

Teatro Híbrido dijo...

Gracias!